[Análisis] Caso Capriles: ¿Por qué lo olvidaron en un año?

"¡Lánzate conde!" exclamó el Comandante Hugo Chávez, durante un consejo de ministros transmitido en televisión. Con esa frase, el líder de la Revolución Bolivariana dejó claro la escasa formación política del flaco muchacho que la oposición "venezolana" había seleccionado como su contendor electoral para las presidenciales del 2012. ¿Quién es "El Conde"? No es más que un simple comediante burlón y grosero, que con chistes crueles y crudos hizo mucho dinero en un país en donde sobra el humor. El conde asomó la posibilidad de ser candidato presidencial en el 2006, en vista de que Manuel Rosales, opción opositora para aquellas elecciones, tenía unos números deplorables en las encuestas (de hecho, perdió ampliamente). El conde es vulgar y tremendamente ignorante de los asuntos políticos, sin embargo, para Chávez (y para muchos) ese hombre tenía mayor capacidad discursiva que Henrique Capriles Radonski.

El chavismo, durante su campaña, lo catalogó como "la nada". Chayota le dijo Rafael Poleo, connotado golpista del año 2002 y director de un diario manipulador llamado "El Nuevo País". A la chayota le falta sabor, gusto y color, de todo eso carece el señor Henrique. Chávez lo llamó "majunche" (persona falta de atractivo o cualidades, insignificante, mediocre), no por la extrema coincidencia que tiene el término con el personaje, sino porque el gigante político sabía que cualquiera de los que participó en las primarias de la derecha (María Machado, Diego Arria, Leopoldo López...) eran majunches. Antes de las elecciones internas de la oligarquía, Capriles y el resto eran "premajunches", al ganar la primaria, el dueño de Cinex (empresa de salas de cine) se convirtió en el majunche a derrotar. 

El chavismo se esforzó una y otra vez por hacer entender a los manipulados opositores que Henrique Capriles Radonski no era más que un mediocre gestor que se había hecho de la Gobernación del Estado Miranda con los votos de la clase media alta que vive en los 4 ultrarradicales municipios que conforman la Gran Caracas (El Hatillo, Chacao, Baruta y Sucre). Con videos, reportajes, notas de prensa, fotos y demás se demostró por el Sistema Nacional de Medios Públicos, el deterioro al cual estaba (y está aún) sometido esta entidad. Sus errores discursivos fueron garrafales; llamó telescopio a un periscopio, "soapara" a la sapoara, Coquivacoa a Chivacoa, sin contar que fue a entregar orgullosamente viviendas sin frisar y pintar, en terribles condiciones.

Todos sus defectos, ciertamente innumerables, fueron reseñados para tratar de convencer a la ciudadanía de que Capriles no era socialista, que odiaba a los cubanos, que era rico de cuna y que poco quería a los pobres. Este, se fue por las calles del país a tratar de ganar gente del barrio y logró cierto apoyo con su doble discurso. A los chavistas les habló de "un sólo color, el tricolor"; parece un chiste, pero esa misma frase acuñó para prometer un país de "progreso". No habló nunca de capitalismo, tampoco de socialismo, sino de progreso. Para ello usó la figura de Brasil y el gobierno de Lula Da Silva, tremendo amigo de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro y promotor de ideas de la izquierda mundial. En el siguiente video se evidencia la capacidad innata de Capriles para mentir:


¿Qué pasó con Capriles luego de su campaña para las presidenciales contra Chávez?
Pues, perdió. Todos en la oposición juraban que Capriles era "el hombre": "chévere", "bonito", "flaquito", "cool", "divertido", "torpe pero tierno", "empresario", "blanquito", "soltero" y "antichavista". Para la gente más ilusa de las filas derechistas, este golpista representaba la esperanza de un país sin violencia, sin diatribas políticas, sin huecos, con plata pareja y con comida para regalar. Pocos en la clase media pensaron que este político, ensamblado por la mediática, venía de las filas corrompidas del partido socialdemócrata, Copei, y que no era más que un fiel representante de la cuarta república. Por suerte para Venezuela, en los barrios, los pueblos, caseríos, llanos, ríos y territorios visibilizados por la quinta república, Capriles era igual a Betancourt, Caldera, Carlos Andrés Pérez, Lusinchi, Salas Römer y Rosales, por lo tanto perdió con un margen de 10% de diferencia contra el coloso, Hugo Chávez. Por esa razón, el Comandante pedía que El Conde se lanzara, la cosa quizás hubiese estado más sabrosa y reñida. ¿Quién sabe?

Lo cierto es que Capriles fue vendido como la última oportunidad de la oligarquía para recuperar el poder. Por su parte, para los no oligarcas era visto como el "salvador" de una nación que ya había sido salvada por la revolución. Por no entenderlo a tiempo, sus seguidores cayeron en depresión política aquel 7 de octubre de 2012. Entretanto, a los más disociados no les quedó otra que arremeter contra Tibisay Lucena, rectora del CNE (algunos deseando que el cáncer le quitara pronto la vida).

Lo más triste: ser biderrotado

A Henrique le llegó una segunda oportunidad, producto de la siembra de Hugo Chávez. Debido a las circunstancias constitucionales que obligaban a realizar elecciones inmediatas, Capriles fue electo casi unánimemente (aunque con pataleos de algunos) para ser candidato de la Mesa de la Unidad, contra Nicolás Maduro Moros, encargado por Chávez para proteger a su pueblo de una fatídica estocada opositora para tomar el poder por asalto. 

Entonces, aprovechándose del dolor ajeno y de la inexperiencia electoral de Maduro, Capriles Radonski inició una de las campañas electorales más asquerosas y malsanas que se haya hecho alguna vez en la historia de la humanidad. Su asesor semiótico fue J.J Rendón; el traidor Henri Falcón, su jefe de propaganda nazi, desplazando a Leopoldo López, encargado de esa tarea en la contienda contra Chávez.

Fueron con todo; inventaron que Maduro había llamado "mongólicos" a los niños especiales, desconfiguraron todas sus frases para hacer creer que el hijo político de Chávez no conocía la geografía nacional, se burlaron de la figura del comandante recordándole a la gente que "Chávez estaba muerto y que nadie lo iba a regresar a la vida" y arremetieron contra la profesión de autobusero que humildemente tuvo Maduro antes de incursionar al maravilloso mundo de la política y de las luchas por el pueblo.

¿Arrastraron votos? ¿el chavismo no salió a votar por tristeza? ¿la campaña de Capriles fue muy sucia? ¿la de Maduro muy blanda? No se sabrá con exactitud, pero lo cierto es que "el tiempo de Dios es perfecto" y la victoria se la llevó el más honesto y también el más preparado, pues aunque Maduro fue autobusero, también se convirtió en uno de los más respetados cancilleres del planeta. Recuerde usted que en su gestión nació Unasur, Celac, Alba, Venezuela diversificó sus relaciones comerciales con China, Rusia, Bielorrusia, Irán y otras naciones potencia, además gracias a la astucia de este humilde hombre, el país dio los primeros pasos para ingresar al Mercosur.

Lo triste y cierto es que Capriles fue derrotado 2 veces en menos de 6 meses. Inédito para la historia republicana universal. Lo lamentable, es que este despecho llevó al majunche a convertir su derrota en un capricho no resuelto y llamó a descargar su "arrechera" contra unas cacerolas en televisión pública. Para los que saben de semántica o para quien tenga sentido común, llamar a descargar "arrecheras", contra cualquier objeto, en un momento de tensión política, es un auténtico "appel au délit". 15 personas murieron producto de este irreponsable acto (todas chavistas) y Capriles nunca pagó. CNN calló.

Durante varios meses el caprichoso se movió por cielo y tierra para decirle a los venezolanos, chilenos, italianos, colombianos y hasta al Papa Francisco que el presidente Nicolás Maduro era ilegítimo y que supuestamente había ganado con trampa las elecciones, cosa que nunca pudo probar.

Con todas sus acciones para desprestigiar la institucionalidad del país, Capriles se convirtió en una especie de "rockstar" para sus seguidores. "El flaco es la solución", decían algunos. "¡Qué valiente es el flaco!", decían otros. "Con el flaco me caso", gritaban las más bonitas. "Él es mi presidente", los más tercos y radicales. 

¿Qué pasó luego?
El "presidente" de la minoría pasó a ser un gobernador más en menos de 6 meses. Para las elecciones municipales del 8 de diciembre, Capriles llamó a votar masivamente, proponiendo erradamente la figura de un plebiscito (cabe destacar que este no sabía pronunciar la palabra). El resultado fue garrafal para él. El chavismo ganó por un gran margen y se solidificó la figura de liderazgo de Maduro. Entonces Capriles empezó a ser rechazado por su gente. Se acabó "el camino", se acabó la esperanza, se acabó el amor por quien fue posicionado como lo máximo del escualidismo. Paralelamente quienes le daban "alma, vida y corazón" comenzaron a odiarlo.

Un año bastó para que Henrique Capriles Radonski pasara de ser el "único, irrepetible, inigualable y amado" líder de la oposición a ser tendencia en Twitter con la etiqueta #CaprilesNoNosRepresenta. ¿Por qué? sencillamente porque le dijo a mucha gente que las elecciones eran suyas y que le hicieron trampa; simple mentira que se creyó un gentío. Además, le juró al pueblo valentía, la misma que le faltó para ejecutar un golpe de estado que tanto añoraban los disociados fanáticos de RCTV, Globovisión, CNN y NTN24. Ahora lo repudian quienes lo adoraban y todo porque apareció la figura de un nuevo Capriles Radonski, pero menos chayota y más agresivo. Es más bien algo parecido a una cebolla y se llama Leopoldo López, y al igual que Capriles, por mentiroso y por violento será olvidado en menos de lo que canta un majunche. 

El chavismo no olvida cuan mal la pasó durante 40 años y agradece la calidad de vida que la revolución le permitió en 15. Si la oposición no se da cuenta de ello, se pelará en todos sus análisis y guarimbas, porque son minoría y la minoría que impone a la fuerza una forma de pensar, termina en lo más oscuro del fascismo. El chavismo no va a cambiar un paquete de Harina Pan por una vivienda digna. Algunos podrán decir que Chávez acostumbró a la gente a lo gratuito, pero lo cierto es que vivimos en un país rico en petroleo, por primera vez sembrado en revolución, y que cada casa, escuela y módulo de barrio adentro gratuito es una gota del petroleo que por carácter constitucional nos corresponde, y eso se llama justicia social. ¿Cuál oligarca ofrece lo mismo sin mentir?

Rafael Ortega M.
Periodista

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