Este 17 de marzo, la presidenta argentina, Cristina Fernández, sostuvo "un encuentro múy cálido, muy especial" con el Papa Francisco .
La mandataria peronista declaró a los medios desde el aeropuerto de Ciampino, Roma, que entre las conversaciones con su santidad se abordaron temas políticos, como la necesidad de resguardar la estabilidad de la región, rechazando cualquier acto de injerencismo promovido desde occidente. Por su parte, Fernández comentó al Papa acerca del homenaje que brindó el pueblo argentino a Hugo Chávez en la villa de Barracas. "Fue una misa mága, fue hermosa y la disfrutamos muchísimo", le transmitió a la máxima figura actual del catolicismo.
Con respecto a la situación en Europa del Este, Fernández y Francisco dedicaron parte de su conversación a la situación en Ucrania. "Acaba de llevarse (a cabo) un plebiscito en Crimea", mencionó la mandataria. Asimismo, recordó que había sido anticipado por una serie de acontecimientos.
"Y acaba de suceder lo que siempre digo: es doble estándar", reseñó la presidenta argentina. Ésta dejó claro que en el caso de Crimea se trata de uno de los "famosos plebiscitos de la autodeterminación de los pueblos" estipulados por la Carta de las Naciones Unidas", pero cuando "el plebiscito es para la autodeterminación en Crimea está mal, ahora que el plebiscito de autodeterminación en Malvinas de los kelpers está bien".
Ante esta postura descarada de Occidente, la presidenta argentina afirmó que "no se puede seguir tratando de representarse como garantes de la gobernanza de un gobierno global". Es así como la situación de doble rasero "no resiste el menor análisis", aseveró Fernández.
