Sectores muy poderosos y las clases medias mediatizadas creen que hay que destruir la Revolución Bolivariana, porque el socialismo ha acabado con el país. Eso es parte de lo aparente. En realidad Venezuela ha sido sometida, desde 1999, a una guerra sin cuartel por parte del imperialismo norteamericano y sus lacayos locales.
Algunos opinadores tarifados banalizan la realidad y alegan que el imperialismo es una entelequia, algo inexistente y que en el país un sector opositor "preñado de buenas intenciones", pretende hacerse del poder, pasándole por encima, a quienes consideran un peligro para sus intereses, a costa incluso de venderle su alma al diablo, aunque mediáticamente se autodenominan demócratas y sus acciones, casi siempre violentas y alejadas de la constitución y las leyes, son autocalificadas de constitucionales.
No queda duda, el sector opositor venezolano obedece a los intereses imperialistas, son entrenados, alentados, instruidos y financiados por el Departamento de Estado a través de ONGs y con triangulación con terceros países.
Vea aquí, el motivo por el cual la burguesía y sus organizaciones políticas (agentes ejecutores) y el imperio norteamericano, están al asecho de nuestro país.